Calmar el corazón
“Lo que creo indispensable es tranquilizarte y respirar, necesitamos fuerza no sólo física, sino también emocional para estar bien…”
“Después de la tormenta llega la calma”, es una frase muy común, pero me la digo a mi misma frecuentemente, sobre todo en los tiempos difíciles, siento que me ayuda a pensar que los malos momentos no duran para siempre.
En particular cuando estás enferma y te sientes vulnerable, tu cuerpo se va debilitando, no tienes la misma energía, tu ánimo decae por completo y más en una enfermedad como el cáncer. Lo que creo indispensable es calmarnos y respirar, necesitamos fuerza no sólo física, sino también emocional para estar bien. Redirigir nuestra energía, dejar de pensar en lo que no tenemos o perdimos con la enfermedad, y enfocarnos en lo que sí tenemos.
Alguna vez escuché a un gurú hindú hacer un ejercicio que era pensar en tres cosas que pudieras agradecer en tu vida en el momento presente, sorprendentemente lo hice y me di cuenta que pueden ser mucho más de tres. Me gusta hacer el ejercicio porque me parece que ayuda a tener otra perspectiva de lo que se esta viviendo, y no sólo ver lo que te lastima. De alguna manera, permite apreciar otras cosas y desprenderte del dolor de la situación.
Otra cosa que vale la pena es pensar si de alguna manera el cáncer te ha dejado enseñanzas positivas, en mi caso, lo pienso y creo que de las más importantes han sido tener contacto más profundo conmigo misma, aprender a escuchar mi cuerpo, a cuidarme más, ser más agradecida con lo que tengo, en fin, las enseñanzas pueden ser diversas para cada uno de nosotros, pero siempre las hay o al menos intentemos buscarlas.
Algo más que puede ayudar en estos momentos difíciles es pensar ¿qué nos hace sentir bien?, pueden ser cosas sencillas que estén a nuestro alcance: el recuerdo de un viaje, hablar con un amigo, ver algunas fotografías, escuchar una canción, regalarnos flores, comer algo que nos gusta, etcétera.
La idea principal es no olvidarnos de nosotros, el cáncer está sí, pero nuestra esencia también, es decir, nuestros gustos, recuerdos, sueños… te invito a no olvidarte de ti y a reencontrarte. No olvides tenerte paciencia, calmarte, respirar y hacerlo todas las veces que sea necesario, brindarnos paz ayuda a nuestro sistema inmunológico y nuestra manera de afrontar el día adía de una mejor manera.
Por: MAC